Publicada el día 11/07/2022
Comienza el verano y, al llegar a casa, muchos percibimos lo frescos que están nuestros portales. Durante una ola de calor esta diferencia térmica es aún más perceptible, hasta el punto de que casi desearíamos poder dormir ahí. Este fenómeno puede deberse a distintas causas pero, pese a la singularidad de cada portal, existen algunas características comunes a la mayoría.
En primer lugar, el portal suele ser un lugar más sombrío. Gracias a su posición en la planta baja, a menudo cuenta con elementos propios que arrojan sombra. Por ejemplo, soportales, voladizos para proteger de la lluvia, o las terrazas de pisos superiores. Estos elementos impiden la incidencia de la radiación solar, lo que hace disminuir la temperatura en su interior.
Además, estos espacios pueden contar con otros elementos que arrojen sombra que no pertenecen al propio edificio: otros edificios cercanos, árboles, o mobiliario urbano, entre otros. Estos obstáculos remotos ayudan en verano a bajar la temperatura de estos accesos, sin sombrear habitualmente las partes superiores de los edificios.