Crecimiento sostenido y perspectivas optimistas para el sector de la rehabilitación en España

A pesar de que los profesionales del sector de la rehabilitación todavía no pueden hablar de recuperación completa de su actividad, se muestran optimistas tras años de crecimiento sostenido y teniendo en cuenta el obsoleto parque de viviendas español que hace que el potencial de su rehabilitación sea indudable. “Desde que el sector de la construcción en su conjunto tocó fondo en 2014, la rehabilitación ha encadenado tres años consecutivos con crecimientos de entre el 3% y el 4%. En cualquier mercado maduro esto supondría todo un éxito, pero tras una crisis tan larga y profunda (…) hará falta más tiempo para que la recuperación sea completa”, explica a CIC Francisco Diéguez Lorenzo, director general del Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITeC).

Por su parte, Isabel Alonso de Armas, directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (Anerr) apunta que el informe de invierno de 2017 del ITeC advierte de una recuperación significativa de la construcción en obra nueva, pero no así en el caso de la ingeniería civil y la rehabilitación, que “están tardando más en sumarse a esta mejora”. La directora de Anerr destaca, en este sentido, que en el caso de la rehabilitación “los crecimientos no son tan altos porque (…) ya representa un 42% del total del mercado de construcción en Europa y un 31% en el caso de España. Esta cuota de mercado nos hace ser optimistas con el potencial del sector de la rehabilitación y la reforma”, añade.

La secretaria técnica del Green Building Council España (GBCe), Dolores Huerta, parte de los últimos datos del Ministerio de Fomento sobre licencias concedidas para obras de restauración y reforma. Según afirma, en 2017 se iniciaron 32.000 intervenciones de estas características, “datos muy pobres para lo que se esperaba y más teniendo en cuenta que desconocemos cuántas de estas obras se han realizado teniendo en cuenta criterios de eficiencia energética y sostenibilidad”.

Mucho trabajo y muchas ganas

Según datos del Ministerio de Fomento arrojados en su último Boletín Especial sobre Rehabilitación, “en España más de la mitad de los inmuebles de uso residencial son anteriores a 1980. Además, más de 950.000 edificios destinados a vivienda “se encuentran en estado deficiente, malo o ruinoso”. Por otro lado, y teniendo en cuenta las características e instalaciones con las que cuentan los edificios destinados a vivienda, se observa que apenas el 23,1% de los edificios son accesibles, un porcentaje que aumenta levemente en los edificios de la década 2002-2011, en la que alcanza el 27,4%.

Con este panorama, hasta el propio ministerio en su informe reconoce el potencial de nuestro parque inmobiliario en cuanto a rehabilitación pero parece que aún no termina de arrancar… ¿Por qué? “La rehabilitación es un producto caro, por mucho que podamos justificarlo en términos de incremento de confort o, si hacemos rehabilitación energética, en términos de ahorro. Además tiene reputación de ser un producto de riesgo: los presupuestos no siempre se cumplen, los plazos no siempre se respetan y el resultado final no siempre encaja con las expectativas”, sentencia el director general del ITeC.

En España más de la mitad de los inmuebles de uso residencial son anteriores a 1980 y más de 950.000 edificios destinados a vivienda se encuentran en estado deficiente, malo o ruinoso; por otro lado, y teniendo en cuenta las características e instalaciones con las que cuentan los edificios destinados a vivienda, se observa que apenas el 23,1% de los edificios son accesibles

En opinión de la secretaria técnica de GBCe, el problema es la falta de demanda, “este mercado también se rige por la ley de la oferta y la demanda. El día que los usuarios finales demanden mayores intervenciones, asistiremos al verdadero despegue del sector”.

Por su parte, Isabel Alonso de Armas se muestra optimista explicando que “en la actualidad de cada cien casas existentes se reforman cuatro, de modo que cada año se vienen a reformar alrededor de un millón de unidades del parque de viviendas. Este panorama permite ser optimistas con el futuro a corto plazo para el desarrollo del sector de rehabilitación y reforma”.

Obstáculos

Mientras que el año pasado citábamos entre los obstáculos que se encontraba el sector de la rehabilitación el exceso de burocracia a la hora de plantear las labores de reforma, la falta de coordinación entre las administraciones, la escasez de incentivos o la situación económica, parece que, según explica Francisco Diéguez Lorenzo, “hay pocos cambios en la lista de factores que frenan la rehabilitación”.

La situación económica, tal y como añade Isabel Alonso de Armas, sigue marcando la evolución del sector, puesto que “en gran medida se asocian las tareas de reforma y rehabilitación al poder adquisitivo de las familias, de manera que puedan afrontarlas económicamente”. También relacionado con los usuarios nos encontramos con el obstáculo que supone la falta de información y la necesidad de concienciación de los ciudadanos. “La concienciación ciudadana, que empieza a ver la rehabilitación no solo como una necesidad sino también como criterio de confort y eficiencia energética, vaticina un panorama optimista para el sector”, explica la directora de Anerr, quien cree que en este contexto “las políticas de ayudas del Ministerio de Fomento, incluidas en el reciente Plan de Vivienda 2018-2021, así como las del Idae (Pareer II), y las transferidas a cada comunidad autónoma, e incluso planes locales y Renove son fundamentales para salvar estos obstáculos”.

A todos los citados, Huerta, de GBCe, propone añadir la falta de herramientas de financiación adecuadas para afrontar este tipo de proyectos. “Precisamente este año, junto con otros GBCs europeos estamos trabajando en el Proyecto EeMAP para definir un estándar europeo para la hipoteca a proyectos de rehabilitación energética”, explica Huerta.

Se puede “hacer más”

Teniendo en cuenta, tal y como estamos viendo, el fuerte potencial de rehabilitación de las viviendas y edificios españoles, el apoyo e incentivo por parte de las administraciones a todos los niveles debería estar a la altura de las necesidades. Mientras que Dolores Huerta cree que dichas medidas son “imprescindibles” pero se acaban produciendo de forma “dispersa y descoordinada”, para Anerr esta participación de la Administración debe venir acompañada de actuaciones por parte de los propios profesionales.

Por su parte, desde el ITeC profundizan en la eficiencia de la Administración para cubrir las necesidades de rehabilitación, reconociendo que existen “desajustes”. Tal y como explica su director, “el discurso político reinante es claramente favorable a la rehabilitación (la única excepción dentro del demonizado sector de la construcción) mientras que, por otra, continúa la sensación de que las administraciones podrían hacer más. Y con “hacer más no necesariamente nos referimos a la cuestión más obvia de destinar dinero, sino a ponerse más en la piel del demandante de rehabilitación”, apostilla Diéguez Lorenzo.

Rehabilitar ‘conectando’

Casi sin tener que preguntar a los profesionales del sector podemos predecir que la eficiencia energética, el uso de energías renovables o la digitalización son las principales líneas de investigación en las que se viene trabajando en los últimos años en el sector de la rehabilitación. “De hecho la eficiencia energética es el factor clave a la hora de acometer un proceso de reformas, al igual que la aplicación de fuentes de energía renovables”, explica Isabel Alonso de Armas.

Pero la tecnología y la digitalización no quedan en un segundo plano, y es que su papel, según la directora de Anerr, es “indiscutible”. “Es ya corriente el uso del término de ‘hogar conectado’ o domotizado y todos los procesos de rehabilitación se cubren con productos que impliquen el uso de la tecnología más innovadora”, confirma Alonso de Armas.

Desde el ITeC, por su parte, consideran que las principales líneas de investigación del sector están dirigidas a mejorar la competitividad de los productos y actuaciones puesto que para los profesionales es una “preocupación clave”. “Rehabilitar es percibido como algo caro, por eso todo lo que sea rebajar costes es bienvenido. En el contexto de la rehabilitación las rebajas más efectivas son aquellas que simplifican la ejecución y consumen menos mano de obra. Por ejemplo, si un acabado de fachada se puede resolver con una capa en lugar de dos, ahorramos muchas horas ya no tan solo en operarios, sino también de alquiler de andamios. Un detalle como este puede marcar la diferencia entre conseguir o no un contrato. Tan solo se trata de que no se haga a costa de perder calidad”, afirma el director del ITeC.

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